29/10/12

Y Ford impulsó el eje ferroviario del Mediterráneo

Ford cerrará su planta belga de Genk en 2014. Sin duda es una noticia trágica para los trabajadores de la fábrica belga, pero es un gran anuncio para el sector industrial español. Y no sólo porque la producción de Genk se traspasa a la planta de Almussafes (Valencia), sino porque las consecuencias de esta noticia beneficiarán a muchas empresas de diferentes sectores.
Para empezar, la instalación valenciana se asegura inversiones y empleo a medio plazo, algo inusual en nuestros país en los tiempos que corren. Ford traspasará a Almussafes la producción de las nuevas generaciones de Mondeo, S-Max y Galaxy que se iban a montar en Genk. Por contra, Valencia perderá la fabricación del C-Max y Grand C-Max que se van a Alemania.
Pero seguramente la mejor noticia es que el anuncio de Ford no deja otra opción al Gobierno español que impulsar definitivamente la construcción del eje ferroviario mediterráneo. La Comunidad Valenciana, Cataluña y Murcia llevan tiempo intentando convencer al gobierno de la imperiosa necesidad de priorizar esta infraestructura sobre el más que discutible corredor central, obra multimillonaria y faraónica- con perforación de Pirineos incluida- cuya utilidad y rentabilidad es más que dudosa. A pesar de las recomendaciones y reprimendas por parte de la Unión Europea- que es quien pone la mayor parte de los fondos-, PP y PSOE han hecho lo imposible por defender el corredor central frente al corredor mediterráneo. Incomprensible. Esperemos que el reciente anuncio del fabricante norteamericano de automóviles signifique el impulso definitivo que necesita esta imprescidinble conexión ferroviaría que unirá el sur y el norte de Europa.
Ford  ha cerrado una planta en Bélgica, bien comunicada actualmente por tierra y mar. Esperemos que no se arrepientan de esta decisión por culpa de políticas centralistas e intereses ranciamente mesetarios que históricamente poco han hecho por el desarrollo y la evolución de España.

Segundas lecturas

El anuncio de Ford merece algunas consideraciones y permite realizar segundas lecturas. La más importante es que España sigue siendo un país competitivo para algunas industrias. Es el caso del sector farmacéutico o el del automóvil. Recordemos que, según la OICA (Organisation Internationale des Constructeurs d’Automobiles), España ocupa la 9ª posición en el ránking mundial de países fabricantes de vehículos, siendo el 2º país europeo de esta clasificación, sólo por por detrás de Alemania; y es el que más vehículos comerciales fabrica en el viejo continente. Ello significa que el mercado laboral español no es tan inflexible como nos quieren hacer creer algunos entes nacionales e internacionales. El pasado 26 de octubre, el periódico francés Le Monde publicaba un interesante artículo titulado "Los fabricantes de vehículos, atraídos por la competitividad y la flexibilidad españolas". Más claro el agua. En dicho artículo, se resumían las ventajas de invertir en España. "Mano de obra menos cara y más flexible, proveedores muy cercanos…La industria española del automóvil vuelve al centro de la escena. Desde mediados de los años 2000, los constructores generalistas habían preferido a los países de Europa central. Hoy, aunque tienen exceso de capacidad de producción, prefieren sacrificar sus plantas históricas en Europa del Norte y privilegiar a la Península Ibérica", afirmaba el artículo del rotativo galo.

Son sin duda buenas noticias y perspectivas positivas. Pero corremos el riesgo de quedarnos sin nada si no abandonamos urgentemente las políticas de austeridad y asfixia que nos han llevado a un empeoramiento de la situación económica. De lo contrario, no sólo no dejaremos de comprar coches. También dejaremos de fabricarlos.

No hay comentarios: